En esta ocasión los motivos de queja se concretan en el polémico
triunfo de Fernando 'Kochulito' Montiel ante
Arturo 'Rey' Santos, donde este
último venció sobre el cuadrilátero pero, al bajar, la decisión dividida de los
jueces premiaron a su rival; y el magnicidio perpetrado a Manny Pacquiao ante Timothy Bradley, que dará que hablar
mucho más que la pelea en sí.
Y es que si algo llama la atención es que sea ‘uno de los grandes’ la víctima de
semejante decisión. En lo que prometía ser una interesante pelea con la que el
filipino trataría de reconquistar a los seguidores de su boxeo y despejar las
dudas sobre su rendimiento, surgidos tras su último encuentro con Juan Manuel Márquez, se convirtió en un
esperpento.
El encuentro se inició con un Bradley valiente, dispuesto a mostrar las virtudes que le
permitieron firmar el cheque de esa noche. Velocidad y técnica, son sólo algunos
de los principales puntos fuertes que le han mantenido invicto hasta ahora.
Manny va entrando en el combate a
medida que pasan los minutos, anotándose los asaltos gracias a sus golpes más
potentes.
Termina siendo un encuentro sin sobresaltos, en el que Pacquiao vuelve a mostrar su hambre de
victoria y el interés por seguir protagonizando buenas noches de boxeo. El
resultado, una vez consumidos los 12 asaltos, era una clara victoria a los
puntos pero, esta fue, contra todo pronóstico o lógica, para Bradley. Se hizo el silencio para luego
romperse en una tormenta de silbidos.
Otra noche de vergüenza para el boxeo. Una vez más los
espectadores se quedan con cara de tontos, de no saber qué ha pasado, con la
duda de conocer si lo que han visto se corresponde con la realidad. La basura
que rodea este deporte llega hasta las más altas esferas. Hasta Pacquiao ha caído. ¿Quién se beneficia
de esto? ¿Quién le pondrá fin? Alguien debe responder.
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